Netito es como un angelito
de sus pecados contrito.
Ante sus fotos grito:
¡Vuestro imperio no admito,
somételo a plebiscito!
llegó a ser su niño bonito
de veintipocos añitos.
Cumplía el requisito
de preguntar a sus mitos:
¿A quién decapito?
Netito, cómete tu finiquito,
¡Bloquéame al infinito!
Nunca perdonas delito
ni revisas que edito.
Eres de esos eruditos
que no entiende escrito.
Siempre has sido exquisito,
aunque te toques el pito.
Te lo repito, Netito,
no quiero tu finiquito
¡Bloquéame al infinito!