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martes, 24 de septiembre de 2013

Armas XIV: La obstinación



 
La obstinación engendra todo género de males.

Sófocles
 
 


Resulta por lo menos engorroso asistir como testigos al penoso espectáculo que monta día a día el Innombrable con la ayuda de sus chuchos. Aunque jura que su único objetivo es hacer crecer la enciclopedia, sus pueriles actitudes demuestran lo contrario, que no le importa armar gresca y alterar el normal funcionamiento de la actividad editora. Ecemamón se ha convertido en todo un maestro del melodrama barato, cuyos lacrimógenos parlamentos son festejados únicamente por un rastrero rebaño de claqueros, con la decrépita Nana Maragm como chef de claque. No le importa nada, salvo seguir en su patética búsqueda de notoriedad y venir a incordiar cada vez más seguido por aquí, para amargura y descrédito de la comunidad marrana.

Para el Innombrable es necesario ganar siempre. A fuerza de repetir que lo suyo son pecadillos inocentes, que el bloqueo es injusto y que su presencia es indispensable para Wikipedia, ha terminado por creer que tiene la razón, su necedad le impide comprender que la obstinación llega a ser cansina.

Su página de usuario es triste y fiel reflejo de la degradación extrema a la que ha llegado el buen Ece. Si bien es cierto que para muchos siempre fue obvio que no era más que un acosador, manipulador, mentiroso compulsivo, multititiritero, saboteador de múltiples votaciones en Wikipedia y Commons y versado en el arte de la tergiversación, había unos cuantos que aún le compraban sus discursos moralistas, pero está visto que ya pocos le creen (o tal vez temen terminar como Resped), porque en sus últimos jaleos muchos de ellos no han aparecido ni para decir mu.

Quede aquí para la posteridad la prueba.




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Incapaz de aceptar la condición de wikicádaver y de cumplir las reglas que acostumbraba imponer a los demás a fuerza de garrote, emprendió una cruzada que se ha llevado por delante a varios de sus chuchos más serviles. Bien pudo esperar un tiempo prudencial para solicitar nuevamente el desbloqueo, que para desgracia de muchos posiblemente le hubieran concedido, pero mis fuentes me informan que su frágil ego le impidió aceptar la derrota y que a partir de un plan originado en el nuevo tugurio donde este grupo de alimañas suele reunirse, decidió elegir el camino del método ilegítimo y la acción concertada, bajo el megalómano apelativo de "resistencia pasiva".

 

1. Al borde de las políticas: ediciones por encargo.


Conocedor de los más oscuros recovecos de las políticas wikipédicas, no habían pasado siquiera cuatro meses de su bloqueo cuando utilizó a su sirvienta Mare Marginis (perdón, Mar del Pus) para hacer forum shopping y subir varios textos de su autoría con petulantes resúmenes de edición, tales como: 



Lamentable actuación de esta inseparable pareja de majaretas, cuya insania parece llegar a límites insospechados. Como era su intención, se produjeron un par de denuncias en el TAB y corrieron ríos de tinta en el Café; los más fanáticos llegaron incluso a rasgarse las vestiduras. Para más INRI, tuvo la desgraciada ocurrencia de aprovechar la coyuntura para pedir el desbloqueo. El momento fue tan poco oportuno, que hasta algunos de sus compinches dudaron en darle su apoyo.

2. Volviendo a sus raíces: el titiriteo.


Dicen que la cabra tira al monte y nuestro buen Ece no podía decepcionar a sus admiradores, aprovechando su vasta experiencia como titiritero y saboteador de múltiples votaciones, se creó unos cuantos títeres para burlar las políticas. Entre ellos destacan The Comeback Kid y Stromare, por repetir la torpeza que descubrió a Shonen Bat. Al primero le ganó la inquina y quedó al descubierto cuando fue a trolear como Ip a la discusión de Thor8, el segundo cometió la idiotez por todos conocida.


3. El summum de la estupidez: evasiones como Ip, ataques personales, sabotajes y troleos varios.


Es harto díficil enumerar todas las veces que Ecemamón ha evadido su bloqueo como Ip, baste decir que para cualquiera de nosotros sería como cerrar la puerta y perder la llave. Veamos que sucede en un futuro con este ilustre varón, pero lo cierto es que un desbloqueo en estas circunstancias sentaría jurisprudencia. Para muestra, un botón:


4. Promesas huecas: últimas lecciones de moral.

"Como persona culta que eres, conoces el principio de indeterminación. Lamentablemente, en wikipedia cada vez hay menos observadores que lean mis acostumbrados ladrillos, ya no logro afectar su opinión como antaño para inclinar la balanza a mi favor".
 

Capítulo aparte merecen los últimos ladrillos moralistas del Innombrable, que, entre otras cosas, demuestran que sus promesas carecen de valor. Ecemamón reconoció en una de sus hipócritas solicitudes de desbloqueo que su reputación está por los suelos y que no tenía la calidad moral necesaria para impartir lecciones. No obstante, haciendo gala de una total carencia de pundonor, le dejó uno de sus habituales ladrillos a su otrora querido amigo Roy, del que podemos rescatar algunas perlitas, cuyo verdadero significado traduciré para ustedes.

Donde dice:

Dejé los proyectos de Wikimedia porque estaba harto de que hasta a commons vinieran a acosarme, revelando datos personales míos.

Quiere decir:

Dejé los proyectos de Wikimedia porque no quería que también sacaran a descubierto las canalladas que cometí en commons, como acosar a aquellos con quienes tenía problemas personales en wikipedia o en el bloquéame.

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Donde dice:

Yo podría posiblemente averiguar tu nombre real y postearlo en cualquier sitio para que los marranitos se dedicasen a acosarte en la vida real, pero jamás lo haría, independiemente de lo mal o bien que me caigas. Hay límites que no se pueden traspasar. Independientemente del juicio moral que un comportamiento de tal bajeza pueda suscitar, abandoné porque no quería seguir sufriendo más desgaste por parte de gentuza de esta calaña.

Quiere decir:

Yo podría posiblemente averiguar tu nombre real y postearlo en cualquier sitio para que los marranitos se dedicasen a acosarte en la vida real, pero no lo hice porque sé que UP habría revertido como tantas veces mis comentarios y no quiero seguir sufriendo ese desgaste que tanto me enfurece.


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Donde dice:

Te recuerdo, y se lo recuerdo a todos los que ávidamente estarán leyendo esto, que yo solicité, muy humilde y sinceramente, mi readmisión, por segunda vez, comprometiéndome a dedicarme a la edición. Por supuesto que tal oferta no fue aceptada (y a quien crea que no siento los daños causados reitero por enésima vez mi petición de disculpas a la comunidad por el incidente de Shonen Bat y por la cobardía que supuso no reconocerlo, lo que acabó en el bloqueo de Balderai, no por no buscado menos desgraciado).

Quiere decir:

Te recuerdo, y se lo recuerdo a todos los que ávidamente estarán leyendo esto, que yo solicité, muy hipócrita y pedantemente, mi readmisión, por segunda vez, sin poder evitarlo porque así está en mi naturaleza.  Por supuesto que tal oferta no fue aceptada (y a quien no crea que volveré a las andadas reitero por enésima vez mis mentiras de siempre, el incidente de Shonen Bat fue un terrible desliz que  acabó en el bloqueo de Balderai, no fue buscado pero que cojonudo fue el resultado para fastidiar al desgraciado que ya nos debía varias).

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Donde dice:

Así que es un poco falaz, desde tu atalaya, concluir que como mis ediciones como Stromare están creando la enésima tormenta, mantenerme expulsado fue la decisión correcta. Al contrario: Stromare no ha hecho nada nada diferente a lo que hubiese hecho como Ecemaml. Dedicarme a editar, que es lo que me gusta, me divierte y sé hacer y que, por suerte, coincide punto por punto con el objetivo del proyecto.

Quiere decir:

Así que es un poco falaz, desde tu atalaya, concluir que como mis ediciones como Stromare están creando la enésima tormenta, mantenerme expulsado fue la decisión correcta. Al contrario: Stromare no es el único títere que he creado como Ecemaml. Dedicarme a acosar, que es lo que me gusta, me divierte y sé hacer y que, por suerte, coincide punto por punto con los objetivos de mis negras intenciones.


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Todavía hay mucha tela de donde cortar en este deprimente episodio, ¡vaya que sí!
 
... pero tendré que dejarlo para una siguiente entrada.