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miércoles, 7 de agosto de 2013

Placeres del infierno XII: Mía o de nadie o Si yo no puedo jugar, los demás tampoco






Cuando una revolución estalla, las reglas se declaran inválidas y se permite de todo, también en la Wikipedia: Ataques personales velados y otros groseramente manifiestos, comportamientos incívicos variopintos y presunciones de mala fe monumentales, hasta saltarse el bloqueo de manera jactanciosa. Por aquí y por allá corretean editores mediocres con un alto ITC(*) convertidos en sicarios con el objetivo de avivar el fuego y reclutar cándidos adeptos para las batallitas personales de sus amos; buenos editores que en su ingenuidad mordieron el anzuelo y se lanzaron al ruedo encabezando la turba embravecida (pensaba que los monos furiosos campaban solamente por aquí), miembros ilustres de #losmismosdeantes, junto a bibliotecarios revividos con el verano y simples trols protegidos tras proxies. Nadie se atreve a llamar al orden, no sea que le vayan a acusar de censura y le pongan en la mira de la airada muchedumbre.

Sin embargo, no olvidéis, queridos lectores, que esto no obedece a una combustión espontánea; una mente resentida y, por lo visto, bastante ociosa, es la principal instigadora de todos y cada uno de estos altercados. ¿A qué no adivináis quién?

Todo comenzó cuando el nuevo títere con el que el Innombrable evadía su bloqueo, The Comeback Kid, fue descubierto y bloqueado por Bernard, gracias a que cometió el estúpido desliz de ir a trolear como Ip a la discusión de Thor8, haciendo leña del árbol caído. Fue más fuerte el oscuro placer que le produce degradar a los demás, que proteger su propio trasero; también olvidó que hace unos meses reconoció que no tenía la integridad suficiente para seguir dando lecciones de moral. Es lo que tiene la psicopatía, memoria frágil y ego grande. De ahí se embarcó en una frenética carrera con el único fin de perseguir y avasallar a los que considera sus enemigos.

Experto en el arte del acoso desde sus viejos tiempos, el feroz Ecemaml recurrió de nuevo al manido recurso de la acción concertada, con la ayuda de sus compinches y alguno que otro de sus chuchos menores. Para comenzar, le abrió una consulta de borrado a uno de los primeros artículos creados por Bernard y, como estaba acordado, no tardaron en aparecer por ahí la Cibernovia Geriátrica, la Galleta(**) y Chamarascantinflas, que ha resultado ser todavía más cansino y confuso que Wikisilki, aunque parezca imposible. Mientras, PSOEtronas, el adalid de la neutralidad política, hacía campaña desde el TAB.

El siguiente paso fue menoscabar la actividad de Phoenix como ACAD, con una denuncia en el TAB y un comentario repleto de ataques personales en el Café, que fue convenientemente apoyado por sus antiguos compañeros de tropelías. Resped, además, aderezó la tertulia con su refinado vocabulario y dejó patente su total desconocimiento de las políticas en general y del sistema CAD en particular. Burrímedes, resentida con Phoenix por haber sido el promotor de que perdiera su pequeña parcelita de poder, acudió rauda y veloz a roer el hueso que le arrojó su amo y de paso utilizó el conflicto para llevar agua a su molino, obviamente, con un objetivo bien definido.

Finalmente, la guinda del pastel resultó ser la filtración de una serie de correos de la lista privada de bibliotecarios, que Resped, tan comedido como siempre, hizo llegar a su amigo Ecemaml y a la exaltada Mar del Pus, quien, tras sufrir uno de sus habituales ataques de ira, solicitó la verificación que descubrió al títere de Resped y, por ende, sus múltiples sabotajes en votaciones; poco después, arrepentida de su torpeza, intentó disculparlo ante la comunidad, pero era demasiado tarde, la búsqueda de avales para la RECAB estaba en marcha. Unas horas más tarde se inició la votación y se desbordaron las pasiones. En la discusión, Enrique Cordero comenzó a perder los papeles y las cerillas y Petronas dio el do de pecho gorilesco; entretanto, Wikisilki, carente ya de protección y credibilidad, obtuvo un nuevo bloqueo a cuenta se sus insidiosos comentarios de siempre. 

La desconfianza que #losmismosdeantes propagaron en la comunidad por el uso de la ultrasecreta lista de biblios, antaño defendida con uñas y dientes por Ecemaml, se extendió a través del Café; Burrímedes se encargó de sembrar cizaña y atizar las brasas. Siguieron múltiples denuncias mutuas de violación de etiqueta entre Maragm, Petronas y Cheveri, sin que nadie pudiese detener el fuego; como corolario, la salida de tono de Cheveri, que resultó ser una despedida, pero que daba cuenta clara de los culpables de la situación. De esta forma, la Wikipedia arde en llamas y aunque todo el mundo está enterado de la situación, Ezarate sigue sin dar la cara.

No estaba tan errado Pi el Imparcial, cuando afirmó que el Innombrable y la Madrastra Malvada aprovecharon la oportunidad de la filtración para vengarse de sus adversarios, desacreditándolos frente a la comunidad, sin importarles el daño colateral: el sacrificio de Resped. También es cierto que ambos, consumados pirómanos, deben estar saltando de gozo por haber conseguido su objetivo:

 
Incendiar la Wikipedia

 
Es innegable que jamás se le había permitido a usuarios expulsados tener tanta influencia en el acontecer wikipédico.


(*) Índice de TroleríoCafetero.
(**) Íntima amiga de Ecemaml y beneficiaria de sus votos chapuceros en Commons.