Ensada, a la derecha |
¿Cuál sería tu pronóstico, lector inteligente, acerca de un editor prácticamente analfabeto, cuya única función en Wikipedia consiste en revertir febril e inconscientemente ediciones de IP como si de un simple bot se tratase, plantillear o eliminar como un poseso secciones completas de artículos o incluso artículos enteros a tontas y a locas, hacer el ridículo cada vez que se le ocurre rebuznar en el café, tratar de imponer sus caprichos como si fueran ley, con un supuesto sentido del humor más zafio y vulgar imposible, que es incapaz de articular y sostener un argumento en su defensa que no sea el insulto gratuito y las descalificaciones más burdas, que trata con la punta del pie a visitantes, novatos y recién llegados, y cuyas aportaciones en el nido de orcos superan con mucho sus pírricos cuatro articulillos sin ninguna referencia y mal traducidos de la versión gallega de la Wikipedia?
Pues me temo, estimado seguidor, que sea cual fuere tu pronóstico te has equivocado: el inefable protagonista de nuestra entrada de hoy no es sólo el mayor garrulo de toda la wikipedia, sino también uno de los pocos que ha sido elegido bibliotecario dos veces, demostrando con ello que la valía editora cuenta un pimiento, que lo único realmente importante para los que quieren hacer carrera en Wikipedia es mostrarse siempre al lado de sus mandamases, y que el nepotismo imperante en la wiki hispana tiene como resultado aberraciones como la que os acabo de describir.
Por si fuera poco, Ensada destaca además por un delirante narcisismo, entre lo infantil y lo esperpéntico, que quedó patente tanto en su autorevalidación a bibliotecario -uno de los episodios más vergonzosos y surrealistas de la historia de la Wikipedia- como en sus periódicos ataques de wikidivismo a los que nos tiene ya acostumbrados. Claro que cuando a un palurdo le dan un palito, éste se lía a garrotazos, y eso es, justamente, lo que hizo nuestro paleto favorito tras recibir los botones. La Doctrina Ensada, que puede resumirse, en palabras de su autor, en estas tres máximas...
1. “La enciclopedia se costrulle borrando”
2. “La relebancia es lo qué a mi me sale de las criadillas”
3. “Todos son trolls menos llo”
...explica la veneración de la que nuestro protagonista parece ser objeto entre generaciones de patrulleros teenagers que, impresionados con su ejemplo (basta revertir muchas veces para llegar a bibliotecario) no dudan en exprimir sus corolarios hasta sus máximas consecuencias. A la vez, resume exquisitamente el pensamiento primitivo de un iletrado pueblerino que, a fuerza de recibir parabienes en su discusión (y también, todo hay que decirlo, gracias al lustre que da el cargo de bibliotecario a los ojos de la chiquillada) ha acabado creyéndose un erudito, perdiendo el pudor hasta el punto de mostrase en público como si fuese una persona culta e instruida, y dando incluso su opinión acerca de temas difíciles y delicados que, a la vista de sus graves limitaciones gramático-cognitivas, está muy lejos de comprender.