Hoy por hoy, el tema dominante en los cotilleos wikipédicos es la RECAB de la Galleta, esa prófuga del ancianato que se oculta tras el nick de Cookie y cuyo mayor afán parece ser el mantenimiento de sus votones. Que más da si no los utiliza para beneficio de la enciclopedia —eso es cosa de simples mortales—, lo importante es que estén bien pulidos y disponibles para solapar las corruptelas de los amiguetes o para salvarles el culo cada vez que sea necesario.
No voy a repetirme caro lector, de todos es conocido que la Abuela Perversa es capaz de llegar a los extremos más delirantes para evitar que nadie toque a sus compinches, su trayectoria criminal incluye acosos, injusticias, amenazas, bloqueos, mentiras y hasta defender lo indefendible. Sin embargo, en esta ocasión, la deficiente memoria propia de la senilidad le jugó una mala pasada y puso en evidencia su falta de honestidad en este deplorable episodio, pese a que ahora busque pretextos para justificarse y relativice sus errores.
A pocas horas de finalizar la RECAB todo indica que la Galleta va a ser revalidada. Uno de los aspectos más interesantes del caso es que los proponentes se han visto tibios, mientras que los secuaces del Maligno recurrieron a toda clase de tácticas gansteriles para defender uno de sus últimos vínculos con el poder. Resucitan muertos, se inventan culpables, atacan a los que votan en contra, utilizan dotes de clarividencia —confieso que esa era de mis favoritas—, tergiversan la realidad o simple y sencillamente mienten con el mayor de los descaros y, por si fuera poco, Juliano el apostata (sic) solo sirvió para arrimarles aún más el ascua a su sardina.
Sin importar lo increíble de sus mentiras, a fuerza de repetirlas lograron hacerlas pasar por verdades ante los ojos de los ingenuos editores que desconocen los tejemanejes de la mafia cafetera o tal vez la comunidad ha desarrollado una suerte de indiferencia al horror, algo que está ocurriendo en muchas sociedades. En fin, el show debe continuar, queda esperar que la Galleta haya aprendido la lección y de ahora en adelante se aleje del compadreo y la prevaricación que la pusieron al borde del abismo, aunque es difícil ir contra la naturaleza.
La cabra siempre tira al monte
Actualización:
Finalmente mis predicciones resultaron erróneas, la Galleta no fue revalidada como bibliotecaria; por lo visto no soy tan buen clarividente como la Cibernovia Geriátrica. Como era de esperarse, las plañideras de siempre acudieron en tropel a su discusión y, además de rasgarse las vestiduras, aprovecharon la ocasión para lanzar ataques personales sin destinatario al estilo Wikisilki.
La grácil zagala apareció horas más tarde para agradecer el lacrimoso discurso, confirmó ser seguidora de este blog y se quejó por los ultrajes recibidos. Lástima que no pensara en los sentimientos ajenos cuando amenazaba con "bloqueos fulminantes" o pedía "sanciones" por poner en duda la honorabilidad del Innombrable.